Mujer y sexualidad a través de la historia
Uno de los aspectos más apasionantes de la historia es cómo los sucesos acaecidos en las diferentes épocas han ido incidiendo en la sociedad del momento, y ver sus consecuencias, tanto buenas como malas. A través de los siglos, hemos visto cómo ha ido cambiando la política, la religión, la geografía, la economía… y por supuesto las gentes que vivieron los momentos más relevantes de la historia, y los que lo hicieron después. Se llama a esto sociología, pero desde luego tiene tantas disciplinas incluidas ese nombre, que uno no daría a basto si quisiera saber de todas.
La sexología es la ciencia que estudia el funcionamiento de la sexualidad en los humanos; y aunque la mayor parte se basa en términos científicos, no dejó de tener en cuenta la historia, y como los cambios y sucesos que la cambiaron acabaron también por cambiar la forma de entender el sexo en la sociedad. Desde luego, uno de los momentos más apasionantes para los sexólogos en referencia a esto fue el siglo pasado, donde las revoluciones sociales, incluidas la sexual, cambió muchas de las concepciones y tabúes que existían en esos momento en relación a las relaciones íntimas. Sin embargo, cuando dividieron sus estudios entre hombres y mujeres, se dieron cuenta que la evolución sexual femenina había sido activa durante mucho tiempo. De hecho, la evolución de la sexualidad de la mujer desde el puritanismo (movimiento social que en siglo XVIII llegó a su máximo apogeo) fue excepcional, teniendo en cuenta que en apenas dos siglos la situación dio un giro de 180 grados.
Aunque la lucha feminista no descansa y reclama que aún queda mucho camino por recorrer, la verdad es que desde aquellas mujeres decimonónicas a las liberadas de nuestro tiempo hay un abismo. Es curioso que, en cuestiones sexuales, la gran parte de las restricciones del puritanismo, o de otras corrientes represivas, recayera sobre las mujeres, como si los hombres tuvieran patente de corso en cualquier época para practicar sexo tal y como les viniera en gana. De aquella terrible época seguro que recuerdas los juicios a las brujas de Salem, uno de los mayores símbolos de lo que el extremismo religioso puede hacer en la sociedad; claro que ya habíamos tenido pruebas unos años antes, con la creación de la Santa Inquisición. Y en todas estas ocasiones, las mujeres eran las culpables de cualquier falta o pecado, por haber fornicado con el diablo o por querer hacerlo, que tanto daba; por contra, los hombres siempre eran arrastrados por las malas artes femeninas para realizar los actos más infames.
Si uno ve un poco de porno online, te das cuenta de que las cosas han cambiado bastante. Pero ¿lo suficiente? Claro, en estos videos porno que disfrutamos por internet vemos mujeres liberadas, emponderadas, disfrutando del sexo a tope cualesquiera sean sus preferencias sexuales. Sin embargo, si te fijas bien, puede que aún carguen con cierto aire machista, pues aunque podamos ver cómo unas tias buenas impresionantes se follan a sus maromos elegidos por ella, no deja de tener cierto tufillo a dominación masculina. Al fin, la pornografía tampoco es que de para mucho más, aunque en los últimos tiempos haya algunos aires de cambio también en este sector; pero siempre tendrá el último objetivo de ser un producto que busca la excitación al momento, y en eso los roles sexuales tienen mucho que ver, pese a quien pese.
Pero en cuestiones históricas, que al fin es de lo que estábamos hablando aquí, no debemos tener ninguna duda de que la revolución sexual femenina se produjo, y que atrás quedaron muchas cuestiones arcaicas, como que la mujer no debía disfrutar del sexo, y que solo debía practicarlo como un medio para ser madre. Si el llegar hasta aquí ha servido para que la igualdad de géneros, y sexos, sea realidad, todos nos daremos por bien servidos.